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Líderes indígenas cierran filas en la Amazonia frente a la política de Bolsonaro. Casi 40 años han transcurrido desde la última vez que líderes indígenas de Brasil se reunieron en una cumbre de esta magnitud.

Líderes indígenas cierran filas en la Amazonia frente a la política de Bolsonaro

Brasil: Bolsonaro, teólogo del cristofascismo. La eterna catástrofe en el Amazonas. América abraza el nacionalismo. México, Brasil y Estados Unidos.

América abraza el nacionalismo

Los tres gigantes americanos —donde habitan 660 millones de personas de los 1.000 millones que viven en el continente— estarán gobernados desde el martes, al mismo tiempo, por tres líderes que abrazan el nacionalismo. Un triunvirato inusual, un equilibrio, con Washington como principal faro, en el que Jair Bolsonaro aspira a ser su socio predilecto y con el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador receloso de esa cercanía, temeroso de quedar emparedado y con la necesidad de entenderse, al menos, con su vecino del norte. Anatomía de una legalización. Uruguay fue el país pionero en la legalización de la marihuana.

Anatomía de una legalización

Desde julio de 2017, el Ministerio de Salud Pública vende en farmacias bolsitas de cinco gramos al módico precio de 200 pesos, unos 5,25 euros. No han aumentado las toxicomanías ni ha habido incidentes, los consumidores están contentos y la opinión pública es cada vez más favorable. Todo ha ido bien. Pero hay fenómenos paradójicos: persiste el mercado clandestino, la industria derivada del cannabis no despega y aparecen brotes especulativos.

“Está buena, flojita pero buena”, dice un chaval que fuma un porro matutino en la rambla de Francia, en pleno paseo marítimo de Montevideo. Curiosamente, ahora que la marihuana es legal, se hace necesario crear redes de empresas que sirven como pantalla para ocultar el negocio, al menos de cara a los bancos. Las dificultades no proceden únicamente del sector financiero. “Bolsonaro es un Pinochet institucional para Brasil” Brasil acude a las urnas el próximo 7 de octubre.

“Bolsonaro es un Pinochet institucional para Brasil”

Serán el colofón a cuatro años marcados por la Operación Lava Jato, el impeachment a Dilma Rousseff en 2016 y la ausencia del candidato que encabezaba la intención de voto, el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2011), encarcelado en abril acusado de corrupción. Está por ver si su sucesor Fernando Haddad (Partido de los Trabajadores) consigue arrastrar el voto lulista y logra imponerse al favorito ahora en las encuestas, el ultraderechista Jair Bolsonaro (Partido Social Liberal). Breno Altman (São Paulo, 1961), director del medio digital Opera Mundi y analista político cercano al PT, conversa con EL PAÍS sobre la coyuntura electoral. Pregunta: ¿Qué se puede esperar en estas elecciones? Respuesta: Es una elección extremadamente fragmentada. P. R. P. R. P. R. P. R. P. R. P. El expresidente Lula da Silva seguirá en prisión tras un conflicto judicial por su liberación. Lula negocia con la justicia su entrega para entrar a la cárcel.

Fuentes cercanas a Luiz Inácio Lula da Silva afirman que el expresidente brasileño esperará al último minuto a obedecer la histórica orden judicial que le exige ingresar en prisión a las cinco de esta tarde, hora de Brasilia (diez de la noche, hora peninsular española, tres de la tarde, hora de México).

Lula negocia con la justicia su entrega para entrar a la cárcel

Al exmandatario se le espera en los juzgados de Curitiba (Paraná) para comenzar los 12 años de su condena por corrupción; él, sin embargo, se encuentra en São Paulo, en la sede de su antiguo Sindicato Metalúrgico, arropado por sus seguidores y amigos, y preparando un discurso de despedida. El expresidente está obligado a cumplir la orden, pero aún dispone de incontables herramientas para, cuando menos, expresar su airado desacuerdo y mostrar que se siente víctima de una condena desproporcional por el delito de haber aceptado un soborno de una constructora.

El juez ordena el inmediato ingreso en prisión de Lula da Silva. Sin esperar a agotar los plazos legales, el juez Sérgio Moro, el pertinaz acusador de Luiz Inácio Lula da Silva en los últimos tres años, ha dictado, en la noche de este jueves, el inmediato ingreso en prisión del expresidente de Brasil.

El juez ordena el inmediato ingreso en prisión de Lula da Silva

No habían pasado ni 24 horas desde que el Supremo Tribunal Federal (STF) decidiese, en la madrugada anterior, denegar el último recurso de Lula, condenado a 12 años por corrupción, cuando Moro dictó un auto fulminante para decretar su encarcelamiento. El juez concede a Lula, "por la dignidad del cargo que ocupó", la oportunidad de entregarse él mismo a la justicia antes de las cinco de la tarde de este viernes. Cientos de simpatizantes de Lula han organizado una vigilia durante toda noche frente a la sede del Sindicato de Metalúrgicos del área metropolitana de São Paulo, donde la figura del líder del Partido de los Trabajadores (PT) comenzó a despuntar hacer cuatro décadas como líder del movimiento obrero, en plena dictadura militar.

Pepe Mujica Le président et la motte de terre. Indígenas en Brasil: El alto precio que los guaraníes pagan por volver a sus tierras. Sentado en un pequeño banco de madera, Simón mira a un costado evitando la cámara por un instante.

Indígenas en Brasil: El alto precio que los guaraníes pagan por volver a sus tierras

Entre dientes sostiene un llanto que obliga a pausar la entrevista en la que, minutos antes, hablaba de su familia; de cómo habían sido despojados de sus tierras ancestrales y cómo el deseo de retornar a ellas se transmitió de generación en generación. “Mi abuela nos contaba de cuando caminaba por estas tierras con 12 años. Después que se publicó el estudio (antropológico) de nuestro territorio, con la comunidad decidimos retomar lo que nos pertenece”, comenta. Lula da Silva: “El condenado no soy yo, es el pueblo brasileño” El país entero todavía estaba digiriendo la sentencia que ratificó e incluso agravó la condena por corrupción a Luiz Inácio Lula da Silva cuando el expresidente se presentó en pleno centro de São Paulo, en la plaza de la República, donde el Partido de los Trabajadores (PT) había concentrado a miles de seguidores.

Lula da Silva: “El condenado no soy yo, es el pueblo brasileño”

Poco antes el PT había publicado una nota reiterando que no tiene más candidato para las elecciones presidenciales de octubre que el propio Lula. Y él mismo lo reiteró entre los vítores de la multitud. “Todo lo que están haciendo es para que yo no sea candidato”, proclamó Lula. “Y ahora quiero ser candidato.