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Este debería haber sido el extra del “Super Mario... - Paraíso Friki. Coca-Cola edición Space Invaders. 15 de septiembre, 2011, 17:55 Como la mayoría de ustedes saben, Space Invaders es un videojuego del año 1978 diseñado por Toshihiro Nishikado. Este juego es uno de los primeros y más representativos de la historia. Su objetivo era o es eliminar oleadas de monstruos alienígenas y obtener la mayor cantidad de puntos.

A partir de este juego, en la actualidad, hay una infinidad de productos como camisetas, tazas, sillones, papeles decorativos y más y más objetos de colección. Spaces Invaders goza de una popularidad increíble alrededor del mundo. Incluso existe un artista urbano que se inspiró en este tema para realizar arte urbano por su propia cuenta y hasta su seudónimo tiene que ver con el juego, estamos hablando de Invader. Invader es un artista francés, que se ha encargado de ir pegando o armando personajes de Space Invaders en distintas partes del mundo desde 1998. Sobre el autor de este artículo Isabel Jiménez.

Retrato del eterno adolescente · ELPAÍS.com. Un enjambre de helicópteros tele-dirigidos zumba entre las cabezas del personal en la típica nave diáfana de oficinas. Hace calor, y los bermudas, las minifaldas y las camisetas son lo más parecido a un uniforme. Proyectiles diversos -pelotillas, clips, bolígrafos- vuelan por doquier. Se diría que han soltado a un hatajo de mocosos. Pero no. En la productora 7 y Acción, lo s gamberros están en nómina. Son los más veteranos, respetados y mejor pagados del staff. La provisionalidad y el juego no les son ajenos. Ya no hay edades estanco sino edades yo-yó. En El hormiguero se trabaja a destajo. "Sé que ya soy mayorcito, pero no me veo como un adulto", reconoce Juan, Juanito para todos, camisa hawaiana, barba bíblica, rizos en coleta, 31 años cumplidos en agosto.

No puede decirse que a Ibáñez, al que le quedan siete asignaturas para terminar Publicidad, sea un niñato que se niegue a crecer ni un tarambana o un desafortunado que no quiera, no sepa o no pueda buscarse la vida. Y a la noche. Festivales para sibaritas del rock · ELPAÍS.com. A unos padres de familia no se les mete tres días en un cámping sin una sombra, ni se les obliga a hacer tres cuartos de hora de cola para hacerse con una cerveza de la marca que patrocina el evento a precio de cóctel en terraza de hotel de lujo.

Es ley de vida. La receta del festival de rock se ha visto obligada a madurar al ritmo de sus asistentes, como demuestra el éxito de público este año en eventos veteranos (y no solo de rock) como Cap Roig o La Mar de Músicas y la proliferación de eso que en el mundillo se conoce algo pomposamente como festival boutique cuando en realidad quiere decir citas a escala humana. Y buscan (y encuentran) un público que ya superó eso de apretujarse con decenas de miles de personas para ver a un kilómetro de distancia a un grupo que, si bien es el del momento, a lo mejor tampoco tiene tanto interés.

La presencia de grandes clásicos del rock y pop remite en los eventos 'indies' "Hace 10 años no tenía perspectiva, ahora tengo un hijo", dice un organizador.