background preloader

Artículos.

Facebook Twitter

David Foster Wallace. Dejar de estar bastante alejado de todo. Fadanelli: crítica y ¿verdades absolutas? No creo que sea ocioso insistir en lo siguiente: son muy pocas las personas que antes de hacer un juicio moral acerca de un acción o de un hecho meditan sobre ello. Y son aún menos numerosas las que consideran que su opinión es relativa o que no representa la verdad de las cosas. Por el contrario, la práctica del linchamiento y el escarnio es un deporte mexicano. No nos interesa llegar a la certeza, sino disfrutar el goce. Humillar, difamar, joder son acciones placenteras lo mismo que sus contrarios, ensalzar de manera exagerada, endiosar y halagar sin fundamentos, afirma Guillermo Fadanelli en su artículo, aquí reproducido de El Universal y El Porvenir. Y el paso de una conducta a otra es tan corto que la diferencia entre difamar y halagar casi no existe: quien te ha humillado puede ensalzarte en un santiamén y no debido a que haya sopesado a fondo su postura, sino a causa del azar o de cualquier motivo insignificante.

Nosotros inventamos la realidad, no la describimos tal cual es. Sermón a los aves. 17 de diciembre de 2012 Los documentales sobre el mundo animal me asustan y además me entristecen hasta el punto de la más seria depresión. La imagen de una bestia devorando a otra para sobrevivir me dice sin palabras una verdad que está más allá de toda argumentación y que simplemente me instala en el presentimiento de un vacío infinito, en la nada, en esa nada que para un ser racional o dotado de lenguaje es imposible explicar.

En El aciago demiurgo, Cioran dice que después de que un perro le moviera la cola, se mostrara amigable y lo siguiera por la calle, pensó en lo confortable que resultaba el hecho de que los animales te sigan cuando los dioses te han abandonado. Yo desconfiaría de ambos. Ante la visión de casi cualquier documental sobre animales doy marcha atrás, y si tengo oportunidad prefiero las series de tv o el cine donde los seres humanos se aniquilan entre sí. Relativismo. 17 de septiembre de 2012 Un problema que desafía nuestro entendimiento y revela nuestra ignorancia, propone Bernard Williams en La filosofía y el entendimiento de la ignorancia, es el problema de cómo vivir juntos.

Relativismo

Es posible que los seres humanos nunca logren entenderse entre sí y continúen matándose debido a que no son capaces de comprender que las diferencias entre ellos se deben en buena parte al desconocimiento de lo que significa que los otros piensen de manera distinta a nosotros. Es por lo menos desconcertante escuchar decir a una persona, como sucede a menudo, que entre los seres humanos debe reinar la mano del más fuerte porque esta es nada menos que una ley natural. Impreso.elfinanciero.com.mx/digital/reproductor.aspx?tipo=DI&diario=2012-03-07&pagActual=37.

Juan Villoro: Encuéstame otra vez. 22 de junio de 2012 • 06:40 • actualizado a las 06:42 ¿Alguien recuerda la época primitiva en que la realidad dependía de los sucesos?

Juan Villoro: Encuéstame otra vez

Gracias a la tecnología y a numéricos métodos de conocimiento, ahora conocemos los hechos antes de que ocurran. Al fin nuestra vida se parece al periodo clásico maya, donde el acontecer estaba previsto en la rueda del cosmos. Las estadísticas y los sondeos de opinión han logrado que dispongamos de una cosmogonía confiable, que no depende del tránsito de Venus ni del carácter de los dioses, sino de números, tendencias y porcentajes.

Considerados de uno en uno, los individuos no dejan de ser caprichosos e insondables; sin embargo, su comportamiento colectivo responde a patrones fáciles de medir y de prever. En tiempos anteriores a las encuestas, Descartes pudo celebrar la duda. La ansiedad anticipatoria se vuelve crónica en temporada electoral. ¿Las encuestas tienen la capacidad profética de que el destino se ajuste a lo que anuncian? Publicidad. Juan Villoro - Artículos. Cómo ordenar el universo. De acuerdo con Borges, ordenar una biblioteca es ya una forma de ejercer la crítica.

Cómo ordenar el universo

Ese acomodo implica una lógica que rebasa el criterio alfabético y puede provocar arreglos tan peculiares que se confunden con el desorden. En El libro salvaje, imaginé una biblioteca donde los volúmenes no respondían a una organización racional sino al agitado inconsciente de su dueño. Cada librero delata un capricho: "Cohetes que no regresaron", "Futbol de ataque", "Motores que no hacen ruido", "Espadas, cuchillos y lanzas", "El pescador y su anzuelo", "Exploradores que nunca se fueron". Mientras más extensa es una biblioteca, más se parece a una cosmogonía.

En el caso de las colecciones privadas, el orden se somete a todo tipo de supersticiones. Hace unos días, el periódico El Mercurio, de Chile, me invitó a un almuerzo con Alberto Manguel, que vive en compañía de cuarenta mil volúmenes. Los acervos personales retratan una mente. En ningún otro sitio se abandonan tantos libros como en un hotel.