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POST MACHISMO

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(66) #EnLaFrontera145 - Irantzu Varela, #ElTornillo y 'la violencia sí tiene género' Maltratador y padre. Un maltratador siempre es un mal padre… Nadie entendería que un vecino que maltrata al resto fuera un buen vecino, por muy bien que cuide la comunidad, ni que un profesor que golpea a sus alumnos pueda ser un buen maestro, aunque aprendieran mucho con él, sin embargo, como podemos ver a diario, sorprenden las numerosas voces que niegan la idea de que un maltratador pueda ser un mal padre, al tiempo que separan el ejercicio de la paternidad del maltrato, como si este fuera algo diferente o se desarrollara en contextos distintos.

Maltratador y padre

Lo relevante de estas posiciones no es que nieguen la mayor, como suelen hacer en su argumentación sobre la violencia de género cuando recurren a las “denuncias falsas” y afirman que el 80% lo son, sino que en este caso tratan de justificar la compatibilidad del maltrato con la buena paternidad. Según estas posiciones machistas se puede ser un buen padre y maltratador, o lo que es lo mismo, se puede ser maltratador y al mismo tiempo ejercer una buena paternidad. Violencia de Género: 1000 = 60 + 60 + 60… Así funciona el NEOMACHISMO. “Machismamente” Si actuar desde la maldad es hacerlo malvadamente, desde la inconsciencia es hacerlo inconscientemente… actuar desde las referencias del machismo es comportarse “machismamente”.

“Machismamente”

De negar “la violencia del machismo” a negar “el machismo de la violencia” El machismo no para de colocar trampas en el camino para evitar que la sociedad avance hacia la Igualdad, y cuando no puede colocar uno de esos cepos o artimañas, cambia la señales e indicaciones para confundirla y que se dirija a otro lugar dentro de su territorio.

De negar “la violencia del machismo” a negar “el machismo de la violencia”

Una de las formas demás habituales que utilizan para invisibilizar al machismo es reducir toda la construcción cultural del patriarcado a las manifestaciones de la violencia conocida, especialmente a los homicidios, para luego limitar cada uno de los casos a sus circunstancias particulares y personales. De ese modo, dejan todo en manos de “unos pocos hombres que actúan bajo la influencia del alcohol o las drogas, o bien que padecen algún tipo de trastorno mental”. “La manada” y el maná. Atravesar la distancia entre unos hechos denunciados y la sentencia que los integra en la sociedad es un recorrido complejo, que en el caso de la violencia de género transcurre de manera muy diferente para la mujer que la sufre y para el agresor o agresores que la llevan a cabo.

“La manada” y el maná

Lo estamos viendo estos días conforme se acerca el momento final en el caso de “la manada”. Y mientras que la “comprensión” hacia los agresores denunciados aumenta y sus argumentos se aceptan sin cuestionar su relato, la palabra de la víctima no para de cuestionarse, y ella misma se ve envuelta en un halo de sospecha para que todo tenga coherencia dentro de los mitos machistas que llevan a culpabilizar a las mujeres de la violencia que sufren, y de la que no sufren al presentarlas como autoras de delitos de denuncia falsa.

El 016 y los hombres. Los hombres ya llaman al 016, no sé de qué se preocupa el Gobierno, concretamente el 25% de todas las llamadas que se realizan a ese número son llamadas insultantes, amenazantes, obscenas… realizadas fundamentalmente por hombres.

El 016 y los hombres

Estas “llamadas maliciosas” suponen unas 416.000 en el periodo 2008-2015, según recoge el “IX Informe del Observatorio Estatal de Violencia sobre la Mujer 2015”. Machismo mundial. La llegada de Trump a la Presidencia de los Estados Unidos, además de tantas cosas que se ha llevado, también ha traído nuevos miedos y amenazas, y una forma de egoísmo que rápidamente ha cuajado en quienes tienen la posibilidad de reivindicarse a sí mismos sobre los demás, es decir, en quienes se encuentran en posiciones de poder.

Machismo mundial

Y dijo eso de “America first” para imponer sus condiciones al resto de los países, algo que difícilmente, por ejemplo, podría haber hecho Haití para reivindicarse con un “Haiti first”, pero además lo hizo para reivindicar una forma diferente de gestionar su posición de poder con el doble objetivo de disfrutar de sus privilegios y de restringir de manera directa al resto sus derechos y oportunidades, al tener que plegarse ante lo prioritario de su afirmación. Es la ostentación intimidatoria que da y quita al mismo tiempo. “Tonterías de estas…” “Tonterías de estas”, así ha calificado el abogado de uno de los jugadores de la Arandina la conducta desarrollada por los jugadores sobre la menor, intentando minimizar los hechos al tiempo que, una vez más, desacreditaba y atacaba a la víctima al situarlo todo como producto de su “fantasía”.

“Tonterías de estas…”

El argumento se repite porque funciona. Si el cuestionamiento de la víctima no fuera eficaz, las defensas de los denunciados por violación o por cualquier otra forma de violencia de género no lo utilizarían constantemente. El machismo juez y parte. Quizás recuerden la anécdota que se contaba hace años de un maestro que ensañaba a leer a una clase de niños y niñas en un pueblo perdido de la sierra.

El machismo juez y parte

Para ello escribía en la pizarra con letras grandes la sílaba “MO” y les pedía que la repitieran en voz alta, a lo que toda la clase decía al unísono “¡MO!”. Después escribía la otra sílaba de la palabra, también en letras mayúsculas, “TO”, y del mismo modo les decía que la dijeran en alto, a lo que el grupo respondía, “¡TO!”. El maestro, contento del resultado escribía entonces la palabra completa en la pizarra, “MOTO”, e indicaba al grupo que ahora debían leerlo todo junto; la clase, atenta a la pizarra, decía entonces en voz alta “¡A-MO-TO!”.

¿Y machista no era…? Racista, xenófobo, supremacista… así describen los medios de comunicación a Nikolas Cruz, autor del asesinato de 17 personas en el instituto MS Douglas de Parkland en Florida.

¿Y machista no era…?

Se le acaban los adjetivos para hablar de la conducta y de los elementos de identidad que la motivaron, y en cambio no hacen referencia al elemento que está en la base de todos los demás: el machismo. Quien parte de considerar que la identidad está basada en que su condición de hombre-blanco-heterosexual-estadounidense… es superior a la del resto, se siente legitimado para desarrollar toda una serie de conductas de discriminación y violencia contra quienes considera inferiores, de los cuales piensa que están usurpando parte de lo que le pertenece. Y como toda conducta violenta, su desarrollo puede aumentar de forma progresiva hasta llegar a las distintas expresiones de la violencia física, entre ellas el homicidio. Nada es casual, el machismo es causa, no resultado. Like this: Like Loading... ¡Pobres hombres! Pobres hombres que se ven amenazados en un ascensor, en sus casas o en las calles; expuestos a cualquier mujer desaprensiva que los acuse de acosarlas al subir o bajar en el ascensor, de maltratarlas en el hogar o de violarlas en la calle o en un portal.

¡Pobres hombres!

Qué duro tiene que ser eso de la masculinidad para ir zafándose de las mujeres y conseguir que al final de cada año no sean ellos los acosados, ni los maltratados, tampoco los violados ni asesinados. Sin duda todo un ejercicio de habilidad y escapismo que les evita caer en las redes que las mujeres tejen con su perversidad, y luego les lanzan con su maldad para atraparlos. Puritanismo y género. Si no fuera por lo serio que es el tema, la situación daría un poco de risa. Y es que no deja de sorprender que la respuesta que ha dado una parte de la sociedad bajo la lectura que la cultura machista hace de la realidad, haya sido entender que hablar contra el acoso sexual a las mujeres nos puede llevar a un puritanismo sexual que baje de nuevo la ropa hasta los tobillos y suba los escotes hasta el cuello, y que sitúe entre hombres y mujeres una distancia infranqueable a modo de barrera.

La respuesta puede sorprender, pero no es casualidad. En el momento actual confluyen dos corrientes que plantean soluciones frente al acoso sexual, pero cada una de ellas lo hace a partir de fuentes muy remotas. Monstruos S.A. Ya tenemos un nuevo monstruo en la sociedad, José Enrique Babuín Gey, conocido como “El Chicle” y detenido por el asesinato de Diana Quer, se ha incorporado a la lista de “monstruos” que cada año se elabora para tranquilizar conciencias y desviar miradas de las circunstancias comunes a todos los hombres que actúan con un objetivo similar, aunque las formas de alcanzarlo sean diferentes. La primera en llamarlo de ese modo ha sido su madre, quizás la única persona legitimada para hacerlo por el impacto emocional que produce ser consciente de que el niño aquel ha sido el hombre ese que aparece en los medios de comunicación como autor de unos hechos tan terribles.

Mirar a la vida y encontrar a ese hombre en cada recuerdo de aquel niño es “monstruoso” para una madre y para un padre. “Mi asesino y yo” La violencia de género ni siquiera termina con el homicidio de las mujeres que la sufren, aún tienen que soportar determinadas conductas y comentarios que agreden su recuerdo y hacen aumentar el dolor en sus familias, al tiempo que justifican en mayor o menor grado la posición de sus asesinos. Una violación no es cuestión de fe. Creer es saber, no profesar; y cuando hablamos de creer en la palabra de alguien es porque entendemos que hay algo de cierto en ella y en su relato que la hace verdad y, por tanto, creíble sobre la certeza, no sobre la suposición. Por lo tanto, su integración como parte de unos hechos debe llevar a encontrar los elementos objetivos que permitan identificar los diferentes elementos de lo ocurrido y sacarlo del terreno subjetivo, así como definir las circunstancias de los sucesos que dieron lugar al relato.

Sin esa condición previa de tomar por cierto el testimonio la investigación será compleja y, con frecuencia, ineficaz, pues ante la más mínima dificultad será la duda o la negación de la palabra quienes tomen las riendas para detenerse en ese punto, en lugar de avanzar hasta el final. El rebaño. No hay manada sin rebaño, cada uno de los miembros que forman una manada no aparece por generación espontánea, todos proceden de un grupo más amplio con el que comparten determinadas características y elementos, aunque luego el comportamiento individual sea diferente. Y la conocida “manada” por la violación denunciada en los sanfermines de 2016, es parte del rebaño silencioso de una sociedad que pasta en el machismo y que comete miles de agresiones y abusos sexuales cada año.

El resultado de esta situación y de la respuesta social e institucional frente a ella también dice mucho sobre la cultura machista que arroja la piedra de la violencia de género y luego oculta la mano. Estudios internacionales indican que se denuncia nada más que un 15-20% de las agresiones sexuales (Wallby y Allen, 2004), y de ellas termina en condena sólo el 1% (British Crime Report, 2008). Like this: Like Loading... Rebelión, violencia y género. El auto del magistrado del Tribunal Supremo, Pablo Llanera, ha sido claro al mantener la acusación de rebelión contra Carme Forcadell y los miembros de la mesa del Parlamento de Cataluña.

La complicidad de las mujeres. La Audiencia Provincial de Córdoba ha condenado a una madre por las agresiones sexuales que ha ejercido el padre sobre su hija y su hijo. Bienvenidos al machismo. ¡Ahora se han dado cuenta! Modelo machista de resolución de conflictos. El modelo machista para resolver los conflictos entre dos partes basa su estrategia en generar más conflicto, no en el diálogo ni en el consenso. El chivo expiatorio. Weinstein ha sido repudiado por Hollywood y por toda la sociedad, el gran Harvey Weinstein, dueño de sueños y señor de realidades, el magnífico anfitrión de fiestas interminables, el hombre que bajaba las estrellas hasta las aceras del bulevar…de repente ha pasado a ser el “asqueroso” Weinstein. Da igual que organizara parte de sus juegos para amigos, que utilizara el sexo como moneda de cambio con tantas jóvenes actrices a quienes les hicieron creer que todo eso forma parte del oficio, y que incluso demuestra personalidad y estar por encima de prejuicios, que hay que vivir como se actúa y actuar como se vive.

Como también dio igual que lo denunciaran con anterioridad y que tuviera que arreglarlo con dinero, otro “poderoso caballero” más en el club machista. Trump y los hombres “equi-equi” TRUMP Y LOS HOMBRES “EQUI-EQUI” (Machistas de Playa -V-) Un hombre ejemplar. “Machismo antimachista” El domingo 10-9-17, El País Semanal publicó un artículo de Javier Marías titulado “Feminismo antifeminista”, en el que muestra su enorme “preocupación” por las dificultades que tiene el feminismo para avanzar en la sociedad, y cuestiona por ello, paradójicamente, al propio feminismo y a muchas feministas, no al machismo ni a los machistas, cuyos planteamientos defiende y justifica cuando tiene ocasión.

“Tras una fuerte discusión” Detrás de una fuerte discusión se esconde un débil argumento, aquel que trata de reducir la violencia de género a una suma de agresiones, y el homicidio a una cuestión cuantitativa como resultado de un contexto violento y neutral, la discusión, en la que dos personas se enfrentan con las palabras, la agresividad y la conducta hasta que una de ellas acaba con la vida de la otra… Por eso “las mujeres mueren en el seno de una fuerte discusión”, tal y como con frecuencia recogen titulares y sentencias, y, en cambio, “los hombres no matan a sus mujeres”, pues ellos solos no lo hacen, para que ocurra el homicidio se necesitan dos elementos: el hombre por un lado, y la fuerte discusión por otro.

Los “Feminarcis” Los “FEMINARCIS” (Machistas de playa -II-) El machismo es narcisismo. Los hombres machistas se tienen en tan alta estima que continuamente están compitiendo contra otros hombres y contra sí mismos para ser más hombres, llegando incluso al homicidio para quedarse con el premio de su poder y la exclusividad de sus objetos de deseo, entre ellos las mujeres. “Victiman” Machismo y corrupción. Aviso a navegantas - pikara magazinepikara magazine. De lo privado a lo público. Autocrítica feminista, límites del humor y abuso sexual. - pikara magazinepikara magazine. “Masculinismo”