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Perdón

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El perdón en la violencia de género adquiere una connotación particular, por la precariedad de las condiciones para el reconocimiento de la victima.

Es quizás el único delito donde la victima viene considerada causa o corresponsable del acto violento. La violencia de género es un problema cultural con raíces profundas, ligado a la visión patriarcal y machista, que coloca a la mujer en una clara posición de inequidad y de no reconocimiento de sus derechos fundamentales. En el imaginario colectivo, el perdón concedido en el ámbito de la violencia de género, es interpretado como "reconciliacion amorosa", como darse otra posibilidad, conceder oportunidades a la pareja que maltrata, por los hijos, por la familia, por la sociedad, por los diferentes condicionamientos sociales que limitan la capacidad decisional de las mujeres que viven estas situaciones. En realidad es un proceso que requiere de parte de la victima, del agresor y de la entera sociedad de un serio trabajo de concientización, de admisión de responsabilidad, de reconocimiento y reparación del daño, puede conducir a una transformación de la relación que puede darse en el proceso de reconciliación, pero no involucra necesariamente el retorno con el agresor.

Untitled. Entrevista a Claudia Palacios sobre "Perdonar lo imperdonable" Vida Mujer: No te mueras por mi. “LA CONVIVENCIA POSTERIOR AL HECHO NO SIGNIFICA PERDÓN” | Dirección de Prensa y Comunicación Institucional del Poder Judicial de San Luis. El perdón de género - El Feminismo de la Reconciliación. Cuando una feminista recrimina a un hombre haber incurrido en un micromachismo, o denuncia ante él cualquier injusticia o situación de desigualdad que sufre, nuestra reacción más común es la salida por la tangente y, de entre todas, quizás la más habitual es jugar la carta del victimismo sarcástico: «Pues perdón, por ser taaan machista, cuando llegue a casa ya me fustigo yo un rato por ser un jodido opresor de mujeres» o lo que viene siendo lo mismo, pero en modo pasivo-agresivo: «Claro, y cómo mis antepasados cometieron injusticias contra vosotras ahora todos tenemos que ir por la vida de puntillas y con las orejas gachas para no ofenderos ¿verdad?

Lo que realmente queréis es darle la vuelta a la tortilla». Pero no hay que hacernos caso, porque cuando decimos ese tipo de cosas, en realidad no somos nosotros lo que hablamos: sino nuestra propia masculinidad herida. …que (casualmente) en nuestro caso coincide con el centro mismo de nuestra anatomía. ¿Borrón y cuenta nueva? Untitled.