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Juegos

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10 videojuegos indie que deberías probar ahora. Tags: juego indieVideojuegos No, no creo que las cosas sean mejores por ser indie, ¿por quién me han tomado? En el tiempo que llevo firmando por aquí he hablado de superproducciones y de juegos desarrollados por estudios diminutos. El presupuesto y el sello son lo último que define si un trabajo es brillante o si es un mojonazo. Pero los juegos independientes tienen algo que los convierten en un punto de partida extraordinario para los profanos en el medio: son baratos (invertir en videojuegos cuando no se es muy aficionado puede doler, así que ningún título de esta lista supera los 20 euros), destrozan los prejuicios que la gente tiene del videojuego, no exigen máquinas potentes y divierten desde el minuto uno.

Lo que quiero hacer es dejar abiertas diez puertas bastante impepinables a una porción interesantísima de la cultura reciente. Y si alguien quiere entrar por alguna, bienvenido. Amnesia: The Dark Descent (Frictional Games, 2011, PC) Minecraft (Mojang, 2011, PC/iOS/Android/Xbox360) Videojuegos de matar para gente creativa. Tags: Victor NavarroVideojuegos La hostia seca como herramienta de expresión artística.

El patadón en el paladar como pincelada de óleo sobre lienzo. El pisotón en la ingle como rumor de oboes. La puñalada por la espalda como ‘performance’. Los juegos de acción que llegan a este ideal (o que lo acarician, al menos) no son demasiados. Por eso cuando cae en nuestras manos un videojuego como Bayonetta, no solo disfrutamos viendo a una bruja con pistolas en los tacones y más curvas que el circuito de Jerez, matando ángeles al ritmo de la versión más hortera posible de Fly me to the moon.

Bayonetta es, hoy por hoy, el canon en el que se deberían mirar todos los juegos del género ‘beat’em up’ (pégales), o ‘hack ‘n’ slash’ (corta y raja), o de tortas, o como quieran llamarlo. Si Bayonetta es música, God Hand es pintura. Uno de los bombazos indie del año pasado, Hotline Miami, consigue algo parecido con unas mecánicas más minimalistas. ¡Ahora hacemos libros! Y las historias continúan...