Crítica de Zizek a los postmodernos. Postmodernidad de sufragar un pluralismo sólo aparente.
Según esta crítica, lo que seestaría auspiciando entre líneas cuando los pensadores postmodernos elogian la pluralidad de modos de vida, de principios epistémicos, de normas éticas o deconfiguraciones políticas –en suma: la pluralidad de las interpretaciones de larealidad –, no sería sino una nueva monotonía, el monologismo de la universaltolerancia entre las interpretaciones presuntamente “plurales”. Es decir, en últimotérmino, se aspiraría a implantar en la praxis un nuevo tipo de identidad e igualdad de loque en el fondo es lo mismo ( Sameness ), identidad que acomunaría en una insulsatolerancia mutua a múltiples perspectivas que, al fin y al cabo, serían sóloanecdóticamente diferentes, por cuanto habrían de ser iguales en lo fundamental: en sucapacidad de convivir y respetarse acrítica y recíprocamente unas a otras, sin poner enespeciales aprietos tal statu quo de presunta multiplicidad.
Normatividad, interpretación y praxis Cortao. El amor a Zizek. No. 2 • julio-diciembre, 2009 • ISSN en trámite El amor a Žižek Juan M. Fernández Chico que nen ur uje en un búque nern e z y ree- — y r— un que he e nverre en unv eóg (Žžek, 2004: 20). L u nu vererón (e er, ón leninista ), rque, ex Žžek,nen nur Or rnén un e urrez-ón , e er, un gen exern que e ruz uene en n (Žžek, 2005: 67 y 2000b: 109).
Repetir Lenin, Žžek (2004b) en que e nr revunr n eer un grn Or, rereen r yr e u-n, ue ee paso al acto n ebe nr n egón ,n enr en que e b ebe er nnene y her (: 11). Roces. Slavoj zizek objeto masturbatorio. El capitalismo, estúpidos, el capitalismo Entrevista con Slavoj Žižek. Comencemos hablando de tus más recientes publicaciones: ensayos introductorios a los discursos y escritos de Robespierre y Mao (Verso, 2007).
En estos textos mantienes –como ya hiciste anteriormente con Lenin– que, en cierto modo, hoy día tenemos que «repetir» los gestos revolucionarios de estas dos figuras. ¿Por qué? Es muy simple: son las figuras revolucionarias por antonomasia. Y Mao es la última gran figura. Grande en el sentido de que realmente llevó a cabo una revolución. A diferencia de los tópicos liberales o conservadores que sostienen que cualquier deseo de cambio acabará necesariamente en el Gulag, afirmas que Robespierre y Mao fracasaron porque no fueron lo suficientemente radicales. En el nuevo libro que estoy escribiendo (In Defense of Lost Causes, Verso, 2007) repito irónicamente incluso a Brecht, quien dijo, a propósito de un espíritu malo en un poema japonés, que lo difícil es ser verdaderamente malo.
¿Chávez? Sí, totalmente. ¿Quiénes son hoy el proletariado? En efecto.