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Vida cotiá en Roma

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O NACEMENTO EN ROMA. “Si alguna se encuentra encinta, que levante sus plegarias después de soltarse el cabello, para que Juno Lucina le suelte también dulcemente el fruto de sus entrañas.” (Ovidio) Cuando un niño nacía en la antigua Roma, lo hacía en casa mientras se invocaba la protección de la diosa Juno Lucina (“la que trae niños a la luz”), la principal de las deidades que guiaban el nacimiento. Había muchas otras, como Vagitano, que abría la boca del recién nacido para que se produjera el primer llanto, o Alemona, que alimentaba al feto durante el embarazo; Antevorta asistía a los partos en los que el bebé venía de cabeza, y Postverta si venía de pie; Vitumno le daba vida en el momento de nacer, Cuba le llevaba a la cama, Cunina le acunaba y lo protegía contra los malos presagios...

La cantidad de numina o manifestaciones divinas que protegían el mundo infantil era grande. Los hombres no asistían a los partos, ni siquiera el padre de la criatura, ni tampoco el médico, que se presentará después. O MATRIMONIO EN ROMA. En el Digesto encontramos la definición del matrimonio efectuada por Modestino: “la unión del hombre y la mujer, consorcio de toda la vida, comunicación de los derechos divino y humano”. El matrimonio era monogámico y entre personas de sexo opuesto. Cuando habla de “consorcio de toda la vida” debe entenderse como un deseo de vida en común, no limitado en el tiempo. Sin embargo, el divorcio por decisión de ambos cónyuges o el repudio, decisión unilateral del marido, y luego también de la mujer, fueron en roma instituciones de muchísima frecuencia. El emperador Justiniano en sus Institutas, nos ofrece otra definición similar: “Es la unión del hombre y la mujer, que comprende el comercio indivisible de la vida”.

Para que en Roma se configurara el matrimonio, debían reunirse dos elementos, uno material, determinado por la cohabitación, y otro espiritual, por la affectio maritalis. La cohabitación comenzaba cuando la mujer ingresaba al domicilio del marido, aún cuando éste estuviera ausente. A MORTE EN ROMA. A lo largo de la historia, la muerte ha sido uno de los grandes misterios a los que el ser humano se ha enfrentado y ha intentado dar explicación o consuelo. En el caso de Roma, muchos fueron los planteamientos ante el fin de la vida y así se hace notar a través del registro arqueológico.

Lo que se mantuvo inalterable y así se nos transmite 2000 años después, es un sentimiento de respeto, de esperanza y de fe, desde una posición de absoluta fidelidad a los valores tradicionales, como es característico de la sociedad romana para todos los aspectos de la vida. Cabe decir que en las próximas líneas me centraré en el período republicano y alto imperial, sin entrar en las influencias del cristianismo, las cuales implantaron otros posicionamientos filosóficos derivados de los nuevos planteamientos religiosos que dibujaban una vida en el más allá. Para el romano la muerte es siempre una desgracia, máxime cuando se trata del fallecimiento de niños o personas jóvenes.

Historiadores como P. A CASA ROMANA EN 3D. A XORNADA DIARIA DUN ROMANO. Los dos actos básicos que permitían al hombre romano desplegar sus cualidades y establecer las relaciones sociales necesarias para su ascenso político y económico eran la salutatio y la cena, sobre las cuales Férnandez Vega apunta: "[...] constituían los ritos de la vertebración interindividual, mecanismo caseros de cohesión social, al establecer la primera unos lazos de reconocimiento susceptibles de ser estrechados mediante la segunda" (FERNÁNDEZ VEGA, 2003: 136). ¿En qué consistían ambas ceremonias? La primera de ellas, la salutatio, aparece definida en el Dictionnaire des Antiquités grecques et romaines de Daremberg y Saglio como: "[...] la visita matinal que era costumbre de hacer, para los romanos, a aquellos que debían o se quería honrar.

Debido a que el número de visitantes cotidianos era el que marcaba la importancia o la influencia, todo ciudadano estaba ansioso por tener a un gran número de individuos [...] " Una vez aseado y vestido, daba comienzo la ceremonia. Bibliografía: A VESTIMENTA EN ROMA. OS XOGOS NA ANTIGA ROMA. Niños jugando con nueces, panel de un sarcófago, obra romana del siglo III (Museo Vaticano). Haz clic en la imagen para ampliarla. En la actualidad, los juguetes electrónicos son los grandes dominadores en las preferencias de los niños a la hora de divertirse. Los que somos un poquito “más mayores” durante nuestra infancia y quizás de más mayores, para pasarlo bien, jugueteamos con innumerables juegos que podríamos calificar como “más tradicionales”: la pelota, los dados, la peonza… ¿Alguien se ha parado a pensar con qué se divertían los niños hace 2.000 años? Los recién nacidos se entretenían con campanillas en forma de animales; los niños más mayores con aros, peonzas, cometas, carretes (usados como yo-yo)… y las niñas, jugaban a cocinitas y con muñecas de terracota o madera tallada, algunas muy sofisticadas en las que articulaban brazos y piernas.

Veamos a qué jugaban, seguro que reconoceréis muchos de ellos: Canicas (ocellates): el más popular. Conjunto de tabas. Juegos de mesa: A MULLER EN ROMA. EDUCACIÓN EN ROMA. ÉPOCA ANTIGUA (hasta el siglo II a. C.). En esta época antigua de la historia de Roma, la educación de los muchachos se limitaba a la preparación que podía darle su padre. Se trataba de una educación de campesinos, basada fundamentalmente en el respeto a las costumbres de los antepasados (mos maiorum). Desde la más tierna infancia se les enseñaba que la familia de la cual eran miembros constituía una auténtica unidad social y religiosa, cuyos poderes estaban todos concentrados en la cabeza, en el paterfamilias, que era el propietario de todo, con derecho de vida y muerte sobre todos los miembros de la familia.

Hasta los siete años era la madre la encargada de la educación de los hijos. La madre es la maestra en casa. Ejerce, pues, un papel de suma importancia: no se limita sólo a dar a luz al hijo, sino que luego continúa su obra cuidándolo física y moralmente. A partir de los siete años era el padre quien tomaba la responsabilidad de la educación de los hijos. A PARTIR DEL SIGLO II a. OCIO E ESPECTÁCULOS EN ROMA.