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Febrero

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Www.jornada.unam.mx/archivo_opinion/autor/front/10. Nunca será demasiado volver una y otra vez a señalar que la Constitución no es una norma como cualquier otra. De hecho, la Carta Magna no es una norma. Como lo enuncia su artículo 39, ella es un pacto, signado por los ciudadanos integrantes del pueblo; es el acuerdo popular para darse un régimen de gobierno, un ordenamiento democrático y un sistema de justicia decididos por los ciudadanos permanentemente. El objetivo es el bienestar y el beneficio del pueblo mismo y de todos los integrantes de la sociedad (la nación, como la denomina el artículo 27). No es sólo un pacto fundador, en el tiempo, sino un pacto fundacional, permanente, que edifica el estado de derecho y sus instituciones y los renueva constantemente.

El pacto es el escudo que permite y procura al pueblo la protección y la defensa de sus derechos frente a la opresión y el mal gobierno. El Estado aparece, por eso, decidido y conformado permanentemente por el pueblo. La reforma energética es la más desastrosa de todas. Constitución sin constitucionalistas. Criticar un texto constitucional exige revisar la manera en cómo se piensa ese manojo de reglas que se conoce como Constitución. La suerte de un proyecto constitucional, es decir, su diseño e implementación, dependen en buena medida de cómo se lee esa norma jurídica suprema de las democracias modernas. ¿Cuál es su principal utilidad? ¿Cómo exprimir lo mejor de sus disposiciones?

¿Cuándo realizar ajustes a su diseño? Es cierto: hoy en día existen variopintos diseños constitucionales, algunos incluyen una batería de derechos diseñados a partir de las lógicas individual, social y comunitaria; otros apuestan por un federalismo construido con el propósito de respetar las diferencias étnicas, lingüísticas y/o culturales de una nación; y no pocos se han preocupado por implementar sistemas electorales que impidan que los resortes del poder mediático y económico definan los saldos de las elecciones. Y este es, precisamente, uno de los problemas torales de nuestro proyecto constitucional. Ucrania: la maldición geopolítica. Ucrania no es la única nación que ha transitado por la historia cargando la geopolítica como una maldición que insiste en determinar su destino.

Pero pocas han pagado un precio más alto. Corredor geográfico entre los combatientes, fue arrasada por los países en guerra entre 1914 y 1918 y por la cruenta guerra civil después del golpe de estado bolchevique. La naciente Unión Soviética absorbió a Ucrania. El nuevo régimen no podía darse el lujo de perder un territorio que, no sólo era la primera línea de defensa del país contra un nuevo ataque alemán, sino la sede de la única base naval soviética libre de hielo y con acceso al Mediterráneo en Sebastopol. Aún así, las planicies ucranianas son agrícolamente tan ricas que en 1940 producían el 90% de los alimentos de la Unión Soviética. Tal vez por eso, la violencia que vivió el país en los últimos días y la cauda de muertos que dejó fueron un espectáculo especialmente doloroso.

El destape de Marcos. “Cancela el desayuno que tenemos y te veo en la oficina, ni preguntes para qué. Es del asunto que traemos. Te veo a las siete de la mañana”. Ésa fue la llamada que recibí del procurador general de la República en la madrugada del 9 de febrero de 1995. Yo era el titular de Comunicación de la Procuraduría. Siempre supimos que el trabajo sería difícil pero nuestra imaginación era constantemente superada por la realidad. Así que no pregunté para qué tenía que estar temprano aquella mañana. En los últimos meses del gobierno anterior, a través de algunas filtraciones a medios de comunicación, habían “quemado” la posibilidad de algunos nombres. De todo se vio en la junta.

¿Y nosotros qué vamos a hacer? Después de que el presidente hiciera el anuncio, nosotros informaríamos sobre las averiguaciones, detenciones y pasos a seguir. —¿Es todo? —Sí, eso es lo que hay que mostrar —me respondieron. —¿Y por qué no intentamos algo en computadora? Se rió y me dijo que ni modo, que había que hacerlo. La pregunta del millón que viene con la caída de 'El Chapo' | Proyecto sin fin. Como sucede con las grandes noticias que van a impactar a la sociedad mexicana en su conjunto y que podrían ser ocultadas o manipuladas por el gobierno o peor aún, abortadas por la corrupción, el dato de que había sido aprendido "El Chapo" Guzmán, uno de los narcotraficantes más buscados del mundo, fue filtrado en exclusiva a los medios de comunicación por la agencia de noticias estadounidense AP (Associated Press), con lo que se puso en alerta a los medios de México y el mundo, al otorgarle credibilidad a la noticia debido a la seriedad de la agencia.

Después de haberse mantenido prófugo durante 13 años fue capturado el sábado 22 de febrero “El Chapo Guzmán” en Mazatlán, Sinaloa. De inmediato fue llevado a la Ciudad de México y de ahí al reclusorio de alta seguridad del altiplano. Este evento fue esperado por años y ahora que sucedió su efecto en los medios de comunicación de todo el mundo fue inmediato. El Chapo Guzmán: Una vida breve. La carrera del Chapo Guzmán parece responder a un solo estímulo: el de la venganza. Sus destinatarios: los hermanos Arellano Félix, igualmente poderosos y sanguinarios. Estas páginas dan cuenta de esa guerra, un episodio que no ha llegado a su fin.

Una vida breve Eran catorce pistoleros, catorce jóvenes pistoleros. Todos pertenecían a la banda de la Calle Treinta, en Logan Heights. Un bato loco sabe que nada puede evitar la muerte; sabe, entre lo más básico, que puede morir de bala o infarto. En la banda, un bato loco tiene armas y puede posponer o evitar la muerte. ¿Naciste en Logan Heights y te sientes solo? A las 3:45 del lunes 24 de mayo de 1993, sin pena ni señales amenazadoras a su alrededor, el Chapo Guzmán y cuatro de sus pistoleros ingresaron al estacionamiento del Benito Juárez a bordo de un Buick verde. Ese mismo lunes el cardenal se levantó muy temprano en su residencia de la calle Morelos, en el centro de Tlaquepaque. ¿Y el Chapo? Así pues, hubo fiesta de balas. Atentamente, El Chapo.

Nadie sabía quién era y ya era dueño del aeropuerto de la ciudad de México. Todos saben quién es y nadie puede encontrarlo. Joaquín Guzmán Loera ha sobrevivido a cinco presidentes, 11 procuradores, una prisión y a su propia adicción al poder y las mujeres En los meses que siguieron a su fuga del penal de Puente Grande, Joaquín El Chapo Guzmán saltaba desesperado de una ciudad a otra. Un grupo especial de la Policía Judicial Federal, a cargo del entonces director Genaro García Luna, y al menos 500 agentes de diversas corporaciones, le mordían los talones. El fiscal antidrogas Mario Estuardo Bermúdez declaraba que el radio de movilidad y operación del narcotraficante se hallaba “bastante reducido”.

La policía acababa de asegurarle un laboratorio de procesamiento de drogas en Zapopan. Uno de sus escoltas, Jesús Castro Pantoja, fue localizado cuando envió un regalo a su mujer, por el nacimiento de su hijo. A fines de 2001, parecía copado. Estuvo a un paso de lograrlo. La semilla sinaloense. A Álvaro Rendón Moreno, El Feroz. In Memoriam, a propósito de otras narrativas y en agradecimiento por las horas plenas. Como bien se sabe, desde hace tiempo el estereotipo sigue insistiendo muy campante en que Sinaloa es la cuna del narcotráfico en México. Se entiende que por eso es estereotipo: porque algo contiene de real y verdadero (ahí están los datos que muestran lo fecunda que ha resultado la matriz regional a la hora de parir violencia).

Pero se trata de un estereotipo también, porque el cristal con que se ha mirado el asunto ha sido casi siempre el del periodismo más burdo, ése que insiste en la espectacularidad morbosa de los narcoasesinatos, la presencia de los grandes cárteles, sus capos (a los que se ve como personajes más bien folclóricos, casi de películas de vaqueros, dice Juan Villoro) y los productos de esa singular subcultura que el narco ha prohijado (¿cuántos reporteros de medios nacionales han estado en Culiacán ocupados en hacer El Reportaje sobre Malverde?).